La devolución de ropa perteneciente a otros hoteles es una incidencia más habitual de lo que parece cuando se trabaja con lavandería externa y, sin embargo, suele infravalorarse en su impacto real. En el día a día del departamento de Housekeeping, la recepción de jaulas con ropa limpia se convierte en una rutina mecánica, especialmente en hoteles con alta rotación y volúmenes elevados.
Es precisamente en este contexto donde pueden colarse prendas que no pertenecen al establecimiento, algo que ocurre con mayor frecuencia cuando la ropa está anagramada, como sucede con las toallas, alfombrines o albornoces.
Este tipo de errores no suele detectarse en la lavandería, ya que el proceso de clasificación se realiza de forma industrial y a gran velocidad. La identificación incorrecta entre hoteles que trabajan con la misma empresa, o incluso con cadenas distintas que utilizan textiles similares, provoca que una prenda termine en el establecimiento equivocado. Si no existe un control mínimo en el momento de la recepción, estas prendas pueden incorporarse al circuito interno sin que nadie repare en ello, generando consecuencias que van mucho más allá de una simple confusión puntual.
El primer impacto directo es el descuadre de inventario. Cuando una prenda ajena entra en el hotel, significa que una prenda propia no ha sido entregada. A nivel contable, el establecimiento está pagando por un stock que no ha recibido, lo que genera diferencias entre el inventario teórico y el real. Estas desviaciones acaban reflejándose en la cuenta de P&L como sobrecostes difíciles de justificar si no se ha identificado el origen del problema. En auditorías internas o revisiones de stock, este tipo de errores suele salir a la luz demasiado tarde, cuando ya no es posible reclamar a la lavandería.
A esta situación se suma la pérdida de stock propio. La prenda que falta no ha desaparecido, sino que ha sido enviada a otro hotel. En la práctica, esto supone una pérdida directa de inventario, ya que la recuperación de esa prenda es poco probable si no se comunica el error de forma inmediata. Cuanto más tiempo pase desde la entrega, más difícil será rastrear dónde ha acabado esa ropa y más fácil será que entre en el circuito operativo de otro establecimiento, quedando definitivamente fuera del control del hotel propietario.
El tercer aspecto, y quizá el más delicado, es la falta de trazabilidad y la pérdida de confianza en el servicio de lavandería. La aparición de ropa ajena indica que no se están aplicando procesos claros y estrictos de clasificación por hotel. Esto pone en entredicho la fiabilidad del proveedor y obliga al departamento de Housekeeping a reforzar controles que, en condiciones normales, no deberían ser necesarios. La repetición de este tipo de incidencias puede deteriorar la relación con la lavandería y generar una sensación constante de inseguridad en la gestión del stock textil.
Por todo ello, es imprescindible comunicar de inmediato a la lavandería cualquier prenda detectada que no pertenezca al establecimiento. Esta comunicación temprana permite corregir el error, reclamar la reposición de la ropa faltante y mantener la trazabilidad del circuito de textiles. Además, sirve como indicador para exigir mejoras en los procesos de clasificación y control, evitando que una incidencia aparentemente menor acabe convirtiéndose en un problema estructural de inventario y costes.

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Filed under: ADMINISTRACION DEPARTAMENTAL, departamento de pisos, Gestion, organización, POSTS DE LA GOBER | Tagged: costes, Gestion, Inventario, lavanderia externa, ropa |


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