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HOUSEKEEPING ABURRIDO ¿Quien dijo eso?


Alguna vez alguien —quizás con desconocimiento, quizás con condescendencia— me dijo:
«¿No te aburres haciendo siempre lo mismo?»
Refiriéndose, claro, a mi trabajo en Housekeeping.
Y yo pensé: si tú supieras….

Porque esa frase solo puede venir de alguien que nunca ha trabajado en un hotel. O peor aún: de alguien que nunca se ha parado a pensar en lo que hay detrás de una habitación limpia y ordenada, lista para recibir a un huésped como si nadie hubiera pasado por allí antes.

LA VERDADERA CARA DEL HOUSEKEEPING

Housekeeping es mucho más que limpiar.
Es coordinar, organizar, prever, decidir, comunicar, supervisar, corregir, y volver a empezar.
Es llegar a primera hora de la mañana con una lista que parece imposible y, sin embargo, salir al final del día con todo hecho. Y no solo hecho: bien hecho.

Una habitación no se limpia, se transforma.
Se convierte en un lugar seguro, en una primera impresión, en una experiencia.
Y eso no ocurre por arte de magia. Ocurre porque detrás hay un equipo que se deja la piel, que piensa en los detalles, que trabaja en silencio pero con fuerza.

UNA PROFESIÓN INVISIBLE

¿Sabes qué es lo más curioso? Que si haces bien tu trabajo, nadie lo nota.
El huésped entra, ve la cama hecha, las toallas dobladas, los amenities colocados en su sitio… y no piensa en ti.
No piensa en que alguien tuvo que subir seis plantas con un carro lleno, entrar, revisar, limpiar, reponer, ventilar, desinfectar, comprobar luces, cortinas, enchufes, televisión, minibar, y dejar todo impecable.

No piensa en que quizá esa persona lleva ocho habitaciones ese día.
O diez. O quince.
Y que lo ha hecho todo sin perder la sonrisa, ni el ritmo, ni el estándar.
Porque Housekeeping es invisible cuando está bien hecho. Pero que se note lo mínimo… y se nota. Se nota muchísimo.

¿ABURRIDO? NO, INTENSO.

Quien piense que este trabajo es aburrido, nunca ha tenido que organizar una rota con el 70% del equipo de baja.
Nunca ha tenido que hacer una habitación de salida urgente a contrarreloj mientras el cliente espera en recepción.
Nunca ha lidiado con clientes exigentes, con quejas injustas, con turnos dobles, con habitaciones imposibles.

Nunca ha vivido lo que es sacar un día adelante cuando el hotel está lleno y el equipo está al límite.
Y aun así, todo sale.
Porque hacemos que salga.

HOUSEKEEPING TAMBIÉN ES CUIDAR

Cuidamos el orden, claro. Pero también cuidamos personas.
Cuidamos al huésped para que se sienta en casa.
Cuidamos al compañero que va más lento ese día porque no ha dormido bien.
Cuidamos los detalles: el espejo sin huellas, el papel higiénico doblado, el aroma que se nota al entrar.
Y también cuidamos el orgullo por hacer las cosas bien. Por dejar huella sin que nadie la vea.

Porque eso es Housekeeping: dejar todo perfecto para que parezca que no hiciste nada.

EL RITMO DEL DÍA

Housekeeping empieza mucho antes de que el cliente baje a desayunar.
Mientras otros aún están soñando, ya estamos pensando en check-outs, early check-ins, habitaciones VIP, llegadas especiales, grupos, clientes de larga estancia…
Nuestro día no tiene pausa. Solo pequeños momentos de silencio entre una habitación y otra, mientras cruzas el pasillo y piensas: venga, una más.

Y cuando por fin terminas, no tienes el cuerpo limpio, tienes el alma llena.
Llena de trabajo bien hecho.
De esfuerzo no reconocido, pero necesario.
De habitaciones entregadas.
De camas tensadas.
De lavabos que brillan.
De lucha.
Y de orgullo.

NO SOMOS MENOS PORQUE NO SE NOS VEA

Estamos en todos los hoteles.
Y sin embargo, muy pocos saben nuestros nombres.
No somos las caras visibles.
Pero si desaparecemos, el hotel se hunde.

Y aun así, hay quien se atreve a decir que esto es aburrido.
Que esto no tiene mérito.
Que esto no es una carrera.

Pues yo digo que sí lo es.
Y de las buenas.
Porque no solo requiere fuerza física, sino mental.
No solo se necesita saber limpiar: hay que saber mirar, prever, adaptarse, improvisar, organizar, liderar y resolver.
Cada día, cada habitación, cada turno.
Y por eso, sigo aquí.

No por los halagos —que no abundan—
Ni por el reconocimiento —que muchas veces no llega—
Sino por la sensación interna de saber que estás haciendo algo importante.
Algo que sostiene un hotel.
Y que lo hace brillar desde dentro, aunque nadie lo vea.

Así que no, Housekeeping no es aburrido.
Housekeeping es una vocación. Una entrega. Una forma de hacer las cosas bien, aunque nadie mire.
🗨️ ¿Cuál es tu motivación para seguir en Housekeeping?
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MOTIVACIÓN Y ARMONÍA


  No es la primera vez que veo que el personal de un hotel deja con demasiada frecuencia el lugar de trabajo para «encontrar algo mejor» porque «no es lo suyo».

Estas dos excusas son típicas. De hecho cuando un director/a escucha estas palabras debería tomar buena nota sobre ello y poner los puntos sobre las íes a los supuestos supervisores o jefes de departamentos.

He tenido la oportunidad de conocer las dos caras de la moneda del departamento de pisos con un alto grado de rotación o al contrario.

Centrándome en éste último caso, la clave está en tratar a tu equipo o personal como seres humanos,  aunque es verdad que hay que parar los pies para que no nos tomen por idiotas pero también es cierto que si puedes hacer lo posible para que todo el mundo esté contento  ¿ por qué no?.

Tuve hace muchos años una gobernanta que hacía el calendario de fin de semana, dividía los fines de semana entre el personal del departamento, así todas disfrutabamos de nuestro fin de semana al mes. Si tú necesitabas un día específico, fuera finde o no, si podía te lo daba, pero siempre te decía que era mejor que lo arreglaras con la persona que tenía ese día de descanso. Motivaba a sus camareras a que se relacionaran entre ellas y hicieran equipo.

En uno de los hoteles en los que estuve, la gobernanta pedía mínimo una semana de antelación para hacer los cambios,  pero siempre ocurría que alguien necesitaba un día específico distinto al que se había puesto,  entonces se cambiaba toda la rota por esa persona, podía resultar injusto pero tenía una razón de peso:

     No les puedo dar más dias libres, no les puedo rebajar la dureza del trabajo, no les puedo subir el sueldo, lo único que me queda es que si necesitan un día en concreto hacer todo lo posible para dárselo.

Esto me lleva a que me he dado cuenta de que nuestra rotación de personal era casi nula. Camareras que llevaban en el puesto años, y no porque no tuvieran otras oportunidades, sino se quedaban porque sabían que en ningúna otra parte les iban a tratar con tanto cariño.

Por lo tanto, tiene mucha relevancia el hecho de que tu superior o jefe cuente con tus necesidades como persona.